Por Lady Olivares Mauricio
Por Julio Talledo. 03 mayo, 2012.Tal y como aparece en el eslogan de Inca Kola, el Perú es el país de las ideas. Esa creatividad no podía dejar de reflejarse en nuestro idioma, especialmente, dentro del habla juvenil. Así, sin duda, en algún momento nos hemos encontrado con términos como zanahoria, roca, yuca, vara, piña,lenteja, jato, recursearse, ñoba, cuerazo y un largo etcétera.
Este tipo de lenguaje suele usarse, espontáneamente, por los jóvenes para comunicarse, creando su propio universo de significados. Es en este ámbito donde la creatividad del hablante llega al máximo, utilizando gran variedad de términos para un solo referente; de esta manera, una fiesta se convierte en juerga, tono, bailongo, tonazo, etc.
Por lo general, se señalan dos razones fundamentales para la formación de jergas: una de origen social, el habla de los jóvenes contrasta con la de los mayores porque aquellos siempre buscan distanciarse de sus padres y crear su propia forma de hablar; y otra, de origen lingüístico, pues la creatividad del lenguaje permite contar con infinidad de posibilidades de la lengua para comunicarse.
Los principales procedimientos para la formación de jergas son los procesos semánticos, es decir, los que afectan el significado de las palabras; entre ellos, destaca la metáfora, que contribuye a hacer más polisémico nuestro léxico. La metáfora se refiere a la sustitución de un término por otro con el cual guarda cierta relación de semejanza. Con este procedimiento se ha creado el mayor número de jergas. Por ejemplo, roca es una palabra que designa ‘incoherencia evidente’: “Dijiste puras rocasen tu exposición”; se hace analogía entre la dureza e infertilidad de la roca con lo tontas y poco consistentes que pueden ser las opiniones. Vara, que significa ‘intercesión poderosa o influencia de alguien para obtener un determinado beneficio’: “Consiguió el trabajo por vara”. Este término puede haberse creado al comparar la ayuda física brindada por el instrumento con el hecho de valerse del poder para conseguir fácilmente un objetivo. Cuero con el sentido de ‘hombre o mujer atractivo’: “Ese chico es un cuero”; aquí se asemeja lo deseable y caro del cuero con lo guapo que es una persona. Hay otros términos de la jerga que suelen formarse por homofonía (cierta similitud entre los sonidos de la nueva palabra y la que se quiere dar a entender), y este se está convirtiendo en el recurso más utilizado para la formación de jergas; es el caso de: zanahoria por ‘sano’, cevillanopor ‘ceviche’, helena por ‘helada’, de fresa por ‘de frente’, lenteja por ‘lento (-a)’, etc.
Otro mecanismo bastante productivo para la creación de jergas es el vesre o habla al revés. Consiste en alterar el orden o disposición de las sílabas en una palabra, colocando las últimas como primeras y viceversa, con algunas variaciones fónicas. Así tenemos lorcho por ‘cholo’, ñoba por ‘baño’, telo por ‘hotel’. A veces, estas formaciones, sufren otras alteraciones como en el caso de lompa por ‘pantalón’, donde además se ha perdido la sílaba ta, y, últimamente, está empezando a crearse sobre lompa, lomplay, por la inclusión de sonidos propios del inglés (lengua de bastante influencia en el ámbito juvenil); otro tanto sucede con jerma por ‘mujer’, aquí se ha cambiado la u de mu pora pues la tendencia del español es a usar vocal abierta (a, e, o) como final de sílaba en lugar de cerrada (i, u) y, además, se marca el género femenino.
Hay mucho más que decir en cuanto a la formación de jergas; pero, antes de terminar, sería bueno mencionar algunos comportamientos gramaticales de las jergas. Así, podemos decir que la mayoría de los sustantivos formados pueden a su vez adoptar sufijos apreciativos que permiten intensificar el significado de la nueva palabra como cuerazo de cuero, tonazo de tono, juergaza de juerga. Los verbos que se forman pertenecen, generalmente, a la primera conjugación y algunos son pronominales como paltearse (avergonzarse), clavarse (enamorarse), rayarse (molestarse),recursearse (buscar medios de trabajo), etc.
Debemos aclarar que las jergas son exclusivas del ámbito oral y coloquial y tienen una vida efímera; es decir, suelen reemplazarse por otras cuando la generación juvenil de turno cambia; por lo tanto, no debemos usarlas en situaciones comunicativas formales.
Facultad de Ciencias de la Educación.
Universidad de Piura.
Artículo publicado en el blog “Castellano actual“, diario Perú 21, viernes 27 de abril de 2012.